Se ha publicado el listado de aprobados y el Tribunal, de las múltiples preguntas impugnadas, ha anulado 6 (60, 84, 107, 109, 115, 120), merecedoras de figurar en una antología del disparate. Hay al menos otras 20 preguntas que deberían haber sido anuladas o no deberían haberse puesto (por equívocas); las relacionamos, con la correspondiente argumentación, en el archivo adjunto. Parece como si quisieran penalizar al que más actualizados tiene sus conocimientos.

 Después de años sin una OPE justa nos topamos, además de con una administración incompetente (OPE convocada en el 2007, de la que no sabemos todavía que plazas saca y que, a este paso, se resolverá a finales del 2010), con un Tribunal que, además de falto de criterio para marcar la orientación del examen (muchas preguntas muy poco o nada relacionadas con el ejercicio cotidiano de la medicina de familia), ha hecho gala de un bajísimo nivel científico, con un 25 % de preguntas de vergüenza ajena. Y ahora, se ha puesto el cachirulo bien “preto”, ha hecho suyo eso de “chufla, chufla que como no te apartes tu ...” y, contra viento y marea, inmunes a la bibliografía, mantiene como válidas preguntas y respuestas que causan sonrojo.

 Enviemos a la cárcel de papel a estos figuras y, para el futuro, ya que la petición de que nos devuelvan a Madrid tiene poco futuro, pidamos un poco más de responsabilidad al aceptar estas funciones: nadie discute que cobren por su trabajo pero, hombre, como mínimo, cabe pedirles que revisen y actualicen la bibliografía en que se basa el examen, establezcan criterios normales para la confección del mismo y, en definitiva,  no “machaquen” aun más a los pobres opositores.