Otra vez en el candelero. Ya lo estuvo aquí en tiempos del gerente A. Brun y ya se está aplicando en la mayoría de las CCAA, porque el Estatuto Marco no defiende la jubilación a los 70, sino que la plantea a los 65 años; lo que sí permite es la prolongación de la vida laboral del médico que así lo desee hasta los 70, siempre y cuando reúna una serie de condiciones, personales y normativas, entre las que se encuentra la existencia de un Plan de RRHH que lo regule, que es la fase en la que ahora se encuentra Aragón. Esta fórmula del Estatuto Marco, aunque potencialmente restrictiva, hasta ahora ha funcionado bien y jamás se ha denegado una prórroga a ningún compañero.
El primer Borrador del Plan ya se expuso en esta web el pasado 11 de marzo. Y lo que ahora nos piden los médicos es que defendamos sus legítimos intereses, que no siempre parecen los mismos, pero sí que lo son: viejos o jóvenes tenemos los mismos intereses.
Para una parte de los facultativos, los próximos a la jubilación, existen razones históricas, personales, profesionales y sobre todo legales, que les amparan su derecho a jubilarse a los 70 si así lo desean. Todas esas razones ya las ha expuesto el sindicato a Salud, Gobierno y demás interlocutores.
Igualmente el Sindicato les ha expuesto que en Aragón arrastramos una altísima precariedad entre nuestros facultativos más jóvenes: casi 400 de ellos son contratados eventuales, con contratos graciables y renovables a los que la Administración les “vende” que no encontrarán un trabajo estable si no se produce una renovación de plantillas, tal y como proclama su Plan de Recursos Humanos.
Pero su futuro en esta empresa no va vinculado a la jubilación de sus compañeros más mayores. Por eso, lo primero que pedimos es garantía de plantillas. Que sepamos cuántos facultativos necesita Aragón, y que esa cifra de necesidades reales asistenciales sea el referente al que haya que ceñirse siempre, con jubilaciones, con OPEs o con cualquiera de los procedimientos de cobertura que se fijen legalmente, y para eso hace falta que el empleo no sea precario. Si hablamos de plantillas, su cobertura debe ser por propietarios o en su defecto por interinos hasta su cobertura definitiva (¿para cuándo esos traslados?; ¿para cuándo la OPE). Solo excepcionalmente puede haber eventuales y como paso previo a la consolidación de ese puesto de trabajo.
Y si hay que regular una fecha de jubilación, habrá que partir de lo que manda Europa y plantear una Transitoriedad en la aplicación favorable al trabajador, y por supuesto: reposición al 100% de los efectivos hasta alcanzar las plantillas reales.
Porque no podemos engañarnos: detrás de las jubilaciones solo hay ahorro, recorte de plantillas y médicos a la calle: los jóvenes y los viejos, porque la tasa de reposición hoy es del 10%. No deberíamos entrar en enfrentamientos estériles porque el trabajo de los médicos jóvenes no depende de a cuantos mayores jubilen. Hoy la intención es jubilar con 65 pero a lo mejor en un par de años Europa nos obliga a permanecer hasta los 72.
Contra esto es contra lo que los médicos debemos luchar: basta ya de inseguridad laboral y de frustrar los planes vitales de los médicos, jóvenes o mayores, no podemos depender de las ocurrencias del político de turno. Sería mejor que comenzaran por garantizar plantillas y eliminar los contratos precarios y que, después de saber cómo quedan los servicios, se empiecen a plantear a qué edad debemos dejar de trabajar. Y llegados a este punto, les recordamos que desde CESM siempre hemos apostado por una jubilación voluntaria entre los 60 y los 70 años, que para eso los médicos hemos cotizado y trabajado más que nadie