Comencemos por los datos del convocante, Metges de Catalunya (MC-CESM): El 73% de los facultativos de los centros de salud públicos y concertados ha secundado la segunda jornada de huelga convocada por Metges de Catalunya (MC), para protestar contra los recortes sanitarios del Govern (10% en 2011) y exigir el restablecimiento de los presupuestos y de la actividad asistencial previos a los planes de austeridad.
El seguimiento en los centros de atención primaria (CAP) ha sido del 67%, con una mayor incidencia en Barcelona (82%), seguido de Girona (80%), Tarragona (54%) y Lleida (52%). En los hospitales, la adhesión a la huelga ha sido del 78%. Tarragona es la provincia donde más se ha seguido el paro con un 87%, delante de Barcelona (84%), Girona (74%) y Lleida (65%)
Para el departamento de Salud, el seguimiento se cifra entre el 20 y el 22%. Sin embargo, reconoce que en determinados centros (grandes hospitales) el seguimiento ha superado el 50%.
Como quiera que conocemos de primera mano cómo se recogen y elaboran estos datos, cómo se fijan los “servicios mínimos” (unilateralmente y de forma abusiva: hay más mínimos que cualquier día de fiesta o de “cierre patronal” que es lo que se lleva ahora en Cataluña), podemos asegurar que la huelga ha sido un éxito de participación.
Otra cosa es adelantar qué resultados va a tener. Si nos atenemos a las declaraciones de la Generalitat, Artur Mas ha dicho que “las protestas no servirán de nada. No daremos marcha atrás a la política de recortes”. Sin embargo, ya afirman que el presupuesto para 2012 contemplará recortes en alquileres, publicidad y estructura administrativa, pero no en atención sanitaria. Lo que sí parece claro es que estas movilizaciones no han sido más que el inicio de una guerra más larga.